lunes, 8 de junio de 2009


Mujeres al volante de un Formula 1

La primera mujer que corrió un Fórmula 1 fue Maria-Theresa de Fillipis. Esta italiana debutó a los 32 años y se convirtió en la primera mujer en este deporte. Su primer intentó fue en Mónaco de 1958 con Maserati, pero no pudo clasificar (se debía estar dentro del 107 por ciento del tiempo de la pole). Luego, en el demandante circuito de Spa Franchorchamps, de Fillipis volvió a probar suerte. Esta vez sí lo consiguió y se convirtió en la primera mujer en clasificar para un Gran Premio y, al día siguiente, la primera en terminar una carrera, pese a haberlo hecho a dos vueltas del ganador. Continuando en 1958, la mujer piloto pudo correr en los Grandes Premios de Portugal e Italia, pero sin poder terminarlos. Sin embargo, al querer competir de nuevo en 1959, nuevamente en Mónaco y esta vez con el equipo Behra Porsche, una vez más quedó fuera del 107 por ciento y fue así como terminó su carrera como piloto de Fórmula 1.

La mujer que más éxitos ha tenido en la Fórmula 1 ha sido la también italiana Lella Lombardi; no obstante, sus ‘éxitos' nunca fueron importantes. Su primer intento para correr en Fórmula 1 fue en 1974 en el circuito de Silverstone con el equipo Brabham, pero no pudo clasificar. Al año siguiente, pudo correr once carreras con el equipo March y una de ellas fue su mejor resultado, incluso llegando a los puntos: en España en 1975, tras un accidente en el que murieron tres comisarios y un fotógrafo, se canceló la carrera en la vuelta 29 y Lombardi logró alcanzar el sexto puesto (que en esa época otorgaba un punto). Sin embargo, como la carrera había sido paralizada, solamente pudo conseguir medio punto. En 1976 corrió dos carreras más, pero esta vez con el enigmático equipo Williams. De todas las carreras en las que compitió, logró terminar siete y abandonar en cinco.

Davina Galica, nacida en Inglaterra, fue una piloto que quiso intentar suerte en el deporte; lamentablemente para ella, no lo logró. En 1976, la Fórmula 1 rompió historia: dos mujeres intentaron clasificar al Gran Premio de Inglaterra; una de ellas era Galica con el equipo Surtees y la otra fue Lella Lombardi. Sin embargo, Galica no pudo clasificar para esta carrera. En 1978, con Hesketh Racing, intentó clasificar para dos Grandes Premios más, pero tampoco lo logró (usaba el número trece). Su carrera de piloto, como las dos que le antecedieron, terminó temprano.

Desire Wilson es probablemente la menos reconocida. Esta sudafricana ganó una carrera en la Fórmula 1. No obstante, esta carrera no era considerada un Gran Premio y no contaba en el Campeonato del Mundo de Fórmula 1. En 1980, con el Williams FW07, intentó clasificar al Gran Premio de Inglaterra. Después de esta clasificación, tuvo que dejar la Fórmula 1: no lo logró.

Giovanna Amati fue la última piloto que intentó correr un Gran Premio. En la temporada de 1992, la piloto intentó clasificar a los primeros tres Grandes Premios del año con el equipo Brabham. Al no lograrlo, Amati fue reemplazada por un inglés llamado Damon Hill, que cuatro años más tarde, en 1996, se convertiría en Campeón del Mundo.

Hace unos años, la piloto estadounidense Sarah Fisher, que competía en ese entonces en la IRL, probó para McLaren cuando la Fórmula 1 llegó a su país en el circuito de Indianápolis. Su intento no pasó de ser una prueba y marketing para la misma piloto y para el equipo inglés.

La última piloto en subirse a un Fórmula 1 fue la inglesa Katherine Legge. En la última semana de vida del equipo Minardi, tras haber sido comprado por Red Bull para llamarse en 2006 Scuderia Toro Rosso, la joven corrió en el circuito de Vallelunga. Su intento no fue del todo decoroso, pues tuvo un leve accidente y un despiste. Todavía se habla de ella como una futuro mujer piloto de Grandes Premios.


Aunque sólo sea por motivos comerciales, la estadounidense Danica Patrick, que llegó a liderar las 500 Millas de Indianapolis y se convirtió en la primera mujer en acabar cuarta esta mítica carrera, piloto en el famoso circuito estadounidense un BAR-Honda de Fórmula Uno.
Patrick, de 23 años y que prácticamente hasta el final tuvo opciones al triunfo en la última edición de las 500 Millas se montó en el monoplaza que habitualmente pilotan en los Grandes Premios el inglés Jenson Button y el japonés Takuma Sato, aunque en esta ocasión la norteamericana lo hizo sólo por motivos comerciales, del mismo modo que lo hizo Sarah Fischer hace unos años en un McLaren-Mercedes.
Su jefe de equipo, Bobby Rahal, prefiere que siga al menos una temporada más antes de pensar acerca de las posibilidades de cambio de categoría, pero la conductora de Illinois podría convertirse en la quinta mujer en competir en Fórmula Uno, después de otras norteamericana, Desire Wilson, y de las italianas Maria Terese de Filippis, Giovanna Amati y Lella Lombardi.
Patrick tiene claro que todo el follón en torno a ella se debe a que es "una mujer".

Sinceramente yo nunca había oído hablar de mujeres piloto de Formula 1, me lleve una gran sorpresa cuando vi artículos en Internet relacionados con este tema. La misma sorpresa que me lleve cuando vi que las mujeres piloto se dedican en los últimos años a realizar carreras por motivos comerciales y publicitarios.¿Esa es la única opción que les queda dentro del mundo del pilotaje? o por el contrario, y sin tintes discriminatorios ¿no alcanzan el nivel exigido para participar en competiciones?
Realmente no lo se, pero pienso que al igual que en distintos deportes se han clasificado categorías de chicos y de chicas, este podría ser un buen ejemplo, para hacerlo, y dejar de una vez por todas los estereotipos que aún rondan los pensamientos de algunos, creyendo que las mujeres no son capaces de conducir y mucho menos un monoplaza.

domingo, 7 de junio de 2009


"apto para hombres"

El pasado año, el trofeo Ciutat de Barcelona, se celebró en las piscinas Picornell y sirvió para que el equipo español de natación sincronizada presentara "las últimas versiones de las coreografías”.
La prueba barcelonesa contó con la participación del equipo olímpico de Canadá. Además, también competieron en la modalidad de dúo los equipos de Estados Unidos, Francia, Grecia, Gran Bretaña, Ucrania, México, Kazakjistán y Bielorrusia.
El dúo estadounidense fue innovador porque estuvo compuesto por un hombre y una mujer, lo que supuso la "integración de los hombres en la práctica deportiva de nuestro país". La normativa internacional no permitía competir a hombres en natación sincronizada, pero cada país puede regular sus competiciones.

En España, cinco chicos pertenecientes al club deportivo LGTB Panteres Grogues, han constituido el primer equipo de natación sincronizada masculina de España animados por la experiencia de los Eurogames que tuvieron lugar el pasado año en Barcelona. Por el momento entrenan de forma amateur un día a la semana en el Club Esportiu Mediterrani de la capital catalana, y ya han competido a nivel europeo en Milán.
Su entrenadora es Tina Fuente, ex-olímpica del equipo español de natación sincronizada.
Probablemente todavía pase algún tiempo hasta que podamos ver una competición oficial masculina de este deporte, pero sin duda la iniciativa de estos pioneros es un paso necesario para superar los prejuicios sexistas que todavía distinguen entre deportes “masculinos” y “femeninos”.

Sin embargo, en otros países, todavía esto no ocurre; este es el caso de Alemania, en el que un chico alemán de 17 años, Niklas Stoepel, no puede competir en la disciplina de natación sincronizada más allá de las fronteras alemanas. Esperemos que quien tenga que hacer algo lo haga y podamos verle competir en Londres en 2012.
Es penoso ver cómo a estas alturas aún hay que andar peleando con las autoridades y las administraciones para que cualquier persona que quiera pueda practicar el deporte que le de la gana, incluso llegando a los máximos niveles de competición que sea capaz de conseguir. A pesar de los avances que se han ido y se siguen consiguiendo, constantemente van saliendo noticias que nos demuestran que aún queda muchísimo por hacer.
Ciertamente esta noticia nos hace recordar una noticia expuesta en una entrada anterior en el blog, en la que se exponían las condiciones similares que presentaban los hombres cuando querían practicar gimnasia rítmica, un deporte que al igual que la natación sincronizada es considerado por algunos como “solo apto para mujeres”.